3.3. Habilidades y técnicas del buceo con visibilidad reducida
Usa los reels. ¿Quién ha dicho que los reels sólo se usan en cuevas? Si sabes en el buceo el agua va estar turbia, úsalo. Ata el carrete a algo cerca del ancla (y no te digo en el ancla misma, por si la recogen) y ve desenrollando el carrete a medida que avanzas. Algunos buceadores técnicos atan el cabo del reel a la línea de vida a los 100 pies/ 30 metros, para ascender directamente a esa profundidad para hacer la parada de descompresión.
Eso sí, siempre regresarás sobre tus pasos.
Avanza a un ritmo lento y mantenlo durante toda la inmersión.
Reducir el ritmo cuando buceas con poca visibilidad, también te ayudará a tener más disciplina y mejorar otros aspectos importantes: La flotabilidad se controla mejor sin dar patadas como un poseso, gastarás menos aire y como no darás vueltas como un tonto, reducirás el riesgo de perderte. Además, podrás escuchar. Los pecios, a menudo, suenan.
Las señales manuales son diferentes: Cuando la visibilidad del agua es nula, habla con tu compañero con señales de luz o tacto. Son la única forma de que os entendáis.
Echa mano a tus recursos de navegación submarina. De nuevo, la preparación es fundamental en el buceo con poca visibilidad. Busca referencias que te sirvan de guía: piedras, pináculos, recodos, el suelo, incluso tus burbujas sirven (ellas siempre ascienden), por otro lado, los objetos más pesados, como el manómetro, cuelgan hacia el fondo.
El caso es que cuando conocemos nuestra posición relativa con respecto a otros elementos es más fácil orientarnos aún con poca visibilidad.
Si vas por un arrecife, evita zonas abiertas que te desorienten. Si fuiste con la pared a la derecha, tienes que regresar con ella a la izquierda. Y por Dios, usa la brújula para evitar cambios de dirección indeseados.
Cuando se bucea con pobre visibilidad, las boyas con cabo de vida son tus mejores amigas. Señalan en todo momento tu posición al barco en la superficie. Te ayudan a bajar y subir sin despistarte y evitan que te desvíes de tu camino si la sujetas a algo al fondo.
Si estás perdido y estás dando vueltas como una peonza, desplegar una boya SMB es la forma de avisar a la superficie. Si hay corriente, puedes atarla al punto de buceo para no alejarte más.
Asciende con seguridad y respeta las paradas de descompresión.
Flotabilidad: En un buceo con poca visibilidad hay que tenerla controlada la flotabilidad para no liarla parda.
Evitas levantar sedimentos. Si vas dando patadas como un loco, levantarás toda la porquería del fondo, sobre todo en entornos cerrados como una cueva y no verás ni tres en un burro.
Ayudas a tus compis. Si vas detrás en la fila, un buceador torpe que revuelve el fango te dejará sin visibilidad. ¡Qué majo, oye!
3.4. El mejor compañero para bucear con poca visibilidad es al que no pierdes
Lo más importante cuando buceas con poca visibilidad es no perder de vista a tu compañero.
Hay que tener un plan de buceo conjunto que incluya cómo mantener el contacto, aunque no os veáis. Antes de bucear, ensayad las señales que usaréis bajo el agua. Si la visibilidad es muy mala, los gestos con las manos no servirán. Decidid cómo vais a comunicaros: toquecitos en la botella, señales con linternas, avanzar de la mano…
El buceo con compañero es básico, pero reconozcámoslo, cuando el agua está cristalina a veces nos relajamos un poco. ¡Error! En aguas turbias hay que ser más disciplinado que nunca: estar cerca de tu compañero (si es necesario, ataros con la línea de compañeros), comunicarse contantemente y bucear en equipo son la clave para triunfar en la visibilidad limitada.
La seguridad extra que da la colaboración perfecta merece la pena. ¡Porque cuatro ojos son mejor que dos!