3. Efectos de la hiperoxia
Resulta que respirar demasiado oxígeno puede intoxicarnos y provocar algunos problemas de salud.
¿Cómo funciona? El oxígeno libera en nuestro cuerpo unas pequeñas bombas, llamadas radicales libres. Y lo hace siempre, hasta cuando estamos en la superficie donde los eliminamos sin demasiados problemas, pero cuando respiramos demasiado oxígeno, durante demasiado tiempo o lo hacemos a alta presión, los radicales libres se acumulan y pueden causar daño a nuestras células.
¿A qué órganos afecta? Principalmente a los pulmones y al sistema nervioso.
Pulmones: Si respiramos oxígeno a alta presión durante mucho tiempo, puede irritar nuestros pulmones y provocar problemas para respirar. Se produce lo que se llama síndrome de Lorraine-Smith o hiperoxia crónica.
Los síntomas de la hiperoxia crónica son: picazón, quemazón y dolor en el pecho, como si te hubieras tragado un cactus. Luego, tos seca, dolor en el pecho y dificultad para respirar. Si no paras, la cosa se pone fea: convulsiones, pérdida de conocimiento.
Cerebro: En buceadores que bajan a grandes profundidades, el exceso de oxígeno puede afectar al cerebro y causarles hiperoxia aguda (síndrome de Paul Bert).
Síntomas: Taquicardia, temblores, náuseas, vómitos, vértigo, zumbidos en los oídos, nerviosismo, irritabilidad, visión borrosa y… ¡convulsiones! Es muy peligroso y hay que actuar en cuanto aparezcan.
4. Tratamiento de la hiperoxia
El síndrome de Lorraine-Smith o hiperoxia pulmonar, se prevé no sobrepasando las dosis de seguridad indicada para cada gas. Si nos saltáramos las indicaciones y se produce daño pulmonar, tendrá que intervenir un médico. Bien es cierto que, DAN describe la hiperoxia en los pulmones es como una gripe, otras fuentes hablan de una sensación parecida al asma. En lo que sí coinciden todos es en que en contadas ocasiones supone daños permanentes.
Pero ¿cómo actuar ante la hiperoxia aguda (altas profundidades)?
El buceador con hiperoxia puede darse cuenta de que su cuerpo está intoxicado y ascender, pero si no reconoce los síntomas dependerá totalmente de su compañero. Para actuar de manera adecuada, es esencial conocer las diferentes etapas del proceso de intoxicación.
Fase 1: Prodrómica. Puede que ni la note porque los síntomas sean muy débiles o porque no ocurra siquiera.
Síntomas: Taquicardia, temblores, náuseas, vómitos, vértigo, zumbidos, irritabilidad y visión de túnel.
Solución: ¡Asciende YA! ⬆️ Arriba, arriba, que el oxígeno se le está subiendo a la cabeza.
Si no lo detectamos, el buceador sufrirá una crisis convulsiva, que tiene 3 fases más.
Fase 2: Tónica. (menos de 1 minuto)
Síntomas: Se desmaya, se pone rígido y deja de respirar.
Fase 3: Clónica. (2 o 3 minutos)
Síntomas: convulsiones y relajación de esfínteres.
Fase 4: Depresión post-crisis.
Síntomas: El buceador está soñoliento y desorientado, sin recordar nada.
Acción:
En 2012 el doctor Dr. Simon Mitchell firmaba un documento titulado “Recommendations for rescue of a submerged unresponsive compressed-gas diver”. Que reunía las recomendaciones de actuación de organismos tan prestigiosos como: el Comité de Buceo de la Sociedad Médica Submarina e Hiperbárica, la Red de Alerta de Buceadores (DAN), la Universidad de Washington, la de California y la Unidad de Buceo Experimental de la Marina, de los EE.UU. entre otros.
Su recomendación resumida era la siguiente.
- Convulsiona SIN boquilla: ¡Sube YA!
- Convulsiona CON boquilla: Sujétale y cuando deje de convulsionar, sube.
Sin embargo, recientemente Divers Alert Network ( DAN) ha publicado nuevos artículos en relación al tratamiento de la hiperoxia durante el buceo con la recomendación de ascender incluso si la boquilla estuviera en su sitio. (En este caso explica los pasos con un buceador de Reabreather, pero trasladables al buceo con sistema abierto) Resumimos los pasos continuación
- Colócate detrás del buceador.
- Suelta el lastre: Quítale el cinturón de lastre, salvo si lleva traje seco. Entonces, déjalo puesto para evitar que se voltee boca abajo al llegar a la superficie.
- Boquilla: Si la boquilla está en su sitio, no la toques. Si se le cae, no intentes ponérsela, sólo asegúrate de que esté en posición de superficie.
- Sujeta al buceador por el pecho, por encima del regulador, o entre el regulador y su cuerpo. Si no puedes controlarlo así, usa el mejor método que tengas a mano.
- Subida a flote controlada: Sube despacio a la superficie, manteniendo una ligera presión en el pecho del buceador para ayudarlo a exhalar.
- Flotabilidad extra: Si necesitas más flotabilidad, activa el BCD del buceador, pero no el tuyo ni te quites tu cinturón.
- En la superficie Una vez en la superficie, si aún no lo has hecho, infla el BCD del buceador.
- Quita la boquilla: Una vez en la superficie, retira la boquilla del buceador y cambia la válvula a la posición de superficie.
- Señal de emergencia: ¡Alerta a todos! Haz la señal de emergencia para que vengan a ayudar.
- Libera las vías aéreas: Inclina la cabeza del buceador hacia atrás para abrirle las vías respiratorias y asegúrate de que esté respirando. Si no lo hace, un buzo entrenado puede iniciar la respiración boca a boca.
- Monitoreo y descompresión: Vigila al buceador por si presenta signos de enfermedad descompresiva.
Una vez en la superficie, el buceador no suele recordar nada.
Las secuelas como mucho son: cansancio, dolor muscular y, a veces, dolor de cabeza.