1. Aclarando términos clave sobre ecosistemas subacuáticos
1.1. ¿Qué es exactamente un ecosistema acuático?
El agua cubre dos tercios de nuestro planeta y en ella encontramos océanos, mares, ríos, lagos, humedales, y hasta dolinas o cenotes. Por tanto, un ecosistema acuático es aquel que se refiere a un cuerpo de agua en el que encontramos organismos vivos (bióticos) así como elementos inertes (abióticos) y todos interactúan dentro de él. Esto incluye cosas como la luz solar, la temperatura, la salinidad, las plantas, los animales e incluso las bacterias.
Estas masas acuáticas comprenden diferentes hábitats, incluyendo zonas costeras, arrecifes de coral, lechos marinos, estuarios y hasta los respiraderos hidrotermales de las simas oceánicas… Cada ecosistema rebosa de formas de vida únicas, adaptadas de manera singular a su entorno, mostrando las capacidades evolutivas de la naturaleza para adaptarse a unas condiciones específicas.
Mientras que algunas especies, como los tiburones toro, desafían la norma con su capacidad para vivir tanto en agua salada como en agua dulce, la mayoría de los organismos acuáticos están finamente sintonizados con su entorno, bien sea salado o dulce.
En este artículo nos centraremos en los hábitats salados, propios de los ecosistemas marinos y oceánicos.
1.2. Diferencias entre ecosistemas oceánicos y ecosistemas marinos
Los términos “ecosistema marino” y “ecosistema oceánico” a menudo se usan indistintamente, pero hay algunas diferencias sutiles entre ellos.
Pacífico, Índico, Ártico, Antártico y Atlántico, 5 océanos cubren nuestro planeta y aunque ellos contienen mares, cuando se trata de denominar ecosistemas, la cosa cambia.
Un ecosistema subacuático con agua salada como componente principal se denomina ecosistema marino. Los ecosistemas marinos abarcan distintas áreas como océanos, mares, marismas, arrecifes y zonas costeras, entre otras.
Por otro lado, el ecosistema oceánico es una categoría específica dentro de los ecosistemas marinos, que se extiende a áreas más alejadas de la costa; incluyendo, las aguas pelágicas, el fondo marino y otros entornos como los respiraderos hidrotermales.
En síntesis, aunque todos los ecosistemas oceánicos son parte de los ecosistemas marinos, no todos los ecosistemas marinos son considerados oceánicos, ya que estos últimos se refieren únicamente a las áreas abiertas del mar, excluyendo las zonas costeras.
1.3. La importancia de los ecosistemas subacuáticos
- Biodiversidad: Hablamos de vastas extensiones de belleza azul que albergan una asombrosa biodiversidad marina. Sólo en el mar Caribe encontramos una increíble variedad de vida, con más de 5.000 especies de peces e innumerables invertebrados. Desde la elegante danza y colores vibrantes de los peces tropicales hasta la majestuosa presencia de las ballenas azules, pasando por gusanos tubulares o animales que parecen abanicos. Esta diversidad crea una red de vida compleja y fascinante que está interconectada.
- Interconexión y adaptación: Cada ecosistema desempeña un papel vital en el apoyo a la salud general del océano. Comprender estas conexiones es crucial para los esfuerzos de conservación. En el reino acuático, la supervivencia depende de un delicado equilibrio de adaptación e innovación. Desde cuerpos aerodinámicos que se deslizan sin esfuerzo a través del agua hasta órganos respiratorios y mecanismos de drenaje especializados, los organismos acuáticos han evolucionado una impresionante variedad de estrategias para prosperar en su mundo acuático.
Pero no sólo los elementos dentro de los ecosistemas subacuáticos están conectados entre sí; al fin y al cabo, la vida en la tierra se originó allí. Además, los ecosistemas marinos juegan un papel crucial en la regulación del clima, contribuyen al balance hidrológico del planeta, protegen de la erosión a los ecosistemas terrestres y alimentan, etc., etc., etc.
- Vulnerabilidad: Desafortunadamente, estos ecosistemas enfrentan amenazas de contaminación, cambio climático y sobrepesca. Las prácticas de buceo responsable y el apoyo a las iniciativas de conservación son esenciales para salvaguardarlos.