5. Los nudibranquios tienen bonitos hasta los huevos: Como Los están unidos por una masa gelatinosa que los protege de ser devorados y suelen ponerse en formaciones en espiral, parecen volantes de colores de una bailarina española.
6. Las lavas tienen concha: En sus primeros días de vida, cuando son solo larvas diminutas, se dejan llevar por las corrientes oceánicas, ¡literalmente a la deriva como en un viaje sin rumbo! Pero aquí viene el dato curioso: durante esta fase larvaria, sí tienen concha. Un caparazón en miniatura que les sirve de armadura. Esos sí, les dura poco.
7. No ven, ni falta que les hace: Sí, su arcoíris de colores no es para sus ojos, ya que apenas pueden distinguir entre la luz y la oscuridad.
Pero no te preocupes por ellos, porque tienen un as bajo la manga: los rinóforos, esos dos cuernitos que llevan en la cabeza como si fueran pequeñas antenas alienígenas.
Los rinóforos son súper sensibles y funcionan como auténticos radares químicos. Derivan de las palabras griegas rhino (nariz) y phore (llevar), porque básicamente son el equivalente olfativo de una nariz, pero mucho más molona. Con ellos, los nudibranquios detectan olores y sabores en el agua, lo que les ayuda a encontrar su comida favorita y también a otros colegas para reproducirse.
8. Son el sueño de los fotógrafos marinos de macro: Algunos parecen pequeñas obras de arte flotantes, otros parecen extraterrestres salidos de una peli de ciencia ficción. ¡Pero todos son únicos! Es por eso que estos pequeñines son los preferidos de los fotógrafos.
9. Lo científicos también los adoran: Algunas especies de nudibranquios son estudiadas por los científicos con la intención de desvelar misterios sobre el aprendizaje y la memoria, gracias a su sistema nervioso súper simple pero eficiente.
Pero eso no es todo: algunos de estos nudibranquios sueltan una toxina llamada latrunculina A para espantar a los depredadores, ¡y resulta que esta sustancia también es tóxica para células cancerosas! Así que, quién sabe, estos bichitos podrían ser clave en el desarrollo de nuevos tratamientos que curen el cáncer.
10. No les queda un mar por conquistar: Y si te estás preguntando dónde encontrarlos, la respuesta es: ¡en todas partes! Desde las aguas cálidas y tropicales donde podrías bucear en tus vacaciones de ensueño, hasta los mares más fríos, tanto que te pondrían la piel de gallina (si te atreves, claro).
El caso es que nosotros buceamos en el Caribe, así que vamos a conocer algunas de las especies de nudibranquios más comunes de estas aguas cálidas y cristalinas.