¿Cómo empezó el buceo autónomo?
“Queríamos equipos de respiración, no tanto para profundizar, sino para permanecer más tiempo, simplemente para vivir un tiempo en un mundo nuevo” (Jacques-Yves Cousteau, The Silent World)
1. Historia del buceo autónomo, ¿quién fue el primero en practicarlo?
La historia del buceo autónomo está a punto de empezar, pero antes te vamos a contar quién fue la primera persona en bucear de forma autónoma y cómo lo logró.
En 1942, en plena II Guerra Mundial, los alemanes ocupaban Francia y confiscaban la gasolina. Así que al joven ingeniero Émile Gagnan se le ocurrió coger el regulador Rouquayrol-Denayrouze, reducirlo y acoplarlo a los motores de los automóviles.
Los hilos del destino se tejen de una manera curiosa.
El joven Emile trabajaba en Air Liquide, empresa especializada en gases comprimidos y de la que era dueño Henri Melchior. Este empresario tenía una hija, Simone, casada con un tal Jacques-Yves Cousteau, que intentaba crear un sistema de respiración subacuática eficaz. Presentarlos fue la consecuencia natural.
Émile Gagnan y Cousteau se conocieron en diciembre de 1942, para febrero del 1943 ya habían desarrollado el primer prototipo. Este fracasó, pero ya estaban muy cerca de encontrar la solución.
En junio de 1943, Gagnan le envió por correo exprés un paquete a su amigo Cousteau, que se encontraba en Bandol, en el sur de Francia. El paquete contenía el segundo prototipo terminado. Esa misma mañana Jacques-Yves lo probó ayudado por su esposa y dos amigos. Los 4 estaban en una playa oculta a los ojos del enemigo alemán. Mientras Cousteau se sumergía, el resto se mantenía en tensión preparado para saltar al agua si algo iba mal.
La espera fue tensa, los minutos parecían horas hasta que vieron las primeras burbujas que ascendían, por fin apareció la cabeza del buceador más famoso de todos los tiempos. Cuando se deshizo del equipo, su cara no dejaba lugar a dudas ¡Lo habían conseguido!
El primer regulador de buceo de circuito abierto del mundo era una realidad. Lo llamaron Aqua-Lung. La historia del buceo autónomo había comenzado.
2. Historia del buceo autónomo, primeros pasos
Con un mundo nuevo abierto sin límites ante él, Cousteau encontró una nueva pasión: las películas y fotografías submarinas. A mediados del siglo XX, la población estaba harta de los horrores de la guerra, con lo que sus grabaciones fueron muy bien acogidas. Cada vez más personas se interesaban por el buceo y el “Aqua-Lung” empezó a tener competidores.
Los avances se daban ahora con mucha celeridad. El regulador de manguera doble dio paso a los reguladores de una sola manguera, aparecieron los primeros trajes de neopreno en la década de los 50 y los primeros dispositivos para el control de la flotabilidad (BCD) en 1965.
A medida que la afición por el buceo crecía, mayor era la conciencia sobre la necesidad de obtener capacitación para gestionar los riesgos del buceo. Así se crearon las primeras certificaciones. Sin embargo, aún era una actividad que sólo una élite podía permitirse.