2.7. Las crías de la tortuga boba
Cuando nacen las crías, son pequeñitas, ¡solo miden unos 5 cm! Y, al salir del cascarón, tienen que esperar a que oscurezca para no ser devoradas por los depredadores.
Una vez cae la noche, ¡es hora de correr hacia el mar! Las pequeñas tortugas bobas tienen que cruzar la playa lo más rápido posible para salvar sus vidas.
Es un momento épico en la vida de una tortuga boba, lleno de adrenalina.
2.8. Alimentación de la tortuga boba
Las tortugas bobas tienen una dieta bastante variada. Aunque son conocidas por comer moluscos y crustáceos de concha dura, también disfrutan de medusas y otros animales marinos más blandos.
Su pico fuerte y sus mandíbulas poderosas les permiten triturar presas duras con facilidad. ¡Un menú completo para una criatura de su tamaño!
2.9. Comportamiento solitario de la tortuga boba
Si hablamos de datos de la tortuga boba, hay uno que se repite una y otra vez: es una criatura solitaria por naturaleza. En mar abierto, estas tortugas nadan solas, comen solas, descansan solas y migran… sí, también solas.
¿Se cruzan con otras tortugas? Claro que sí. Pueden coincidir en zonas de alimentación o durante la temporada de anidación. Pero no esperes una fiesta en la playa. Estas interacciones son breves, tipo: «hola, adiós», y cada una sigue con lo suyo.
Ahora bien, puede parecer que forman grupo cuando todas llegan a anidar en la misma playa. Pero no es así. Cada tortuga cava su nido, pone sus huevos y se va sin mirar atrás. No hay trabajo en equipo, solo un GPS biológico increíble que las lleva al mismo sitio.
Y aquí viene lo bueno: aunque son solitarias, no son mudas. Otro de esos datos de la tortuga boba que sorprenden es que, según las últimas investigaciones, se comunican, especialmente durante la eclosión de los huevos. ¿Cómo? Ahora te lo cuento.
Así que sí, entre los datos de la tortuga boba, su estilo de vida solitario destaca… pero con algunos matices sociales escondidos bajo el caparazón.
2.10. El sistema respiratorio de las tortugas bobas
Si estás buscando datos de la tortuga boba que te dejen con la boca abierta, su sistema respiratorio merece un lugar en el podio.
Aunque pasan la vida en el mar, no son peces. Las tortugas bobas (Caretta caretta) necesitan aire para vivir. Respiran con pulmones. Igual que tú, igual que yo. Nada de branquias ni filtros submarinos: suben a la superficie, toman aire y vuelta al azul profundo.
Aquí va otro de esos datos de la tortuga boba que no te esperas: no pueden inflar el pecho como nosotros. ¿Por qué? Porque su caparazón es una armadura rígida. Así que hacen magia con sus vísceras.
Sí, has leído bien.
Mueven sus órganos internos como si fueran fuelles. De este modo, el aire entra y sale de los pulmones mientras nadan. Una adaptación brillante que les permite ahorrar energía sin dejar de respirar.
Otro de esos datos de la tortuga boba que parecen de superhéroe: pueden estar bajo el agua durante horas. Y en invierno, cuando bajan el ritmo y el metabolismo se ralentiza, pueden llegar a pasar meses sumergidas sin salir a respirar.
¡Meses! Sin bombona, sin snorkel, sin quejas.
Perfecta para hibernar o pasar largas horas sin subir a la superficie.
Cuando se trata de datos de la tortuga boba, su forma de respirar dice mucho: está diseñada para sobrevivir, conquistar el océano y dejarnos alucinados.