1. ¿Qué es la narcosis de nitrógeno?
La narcosis es un fenómeno fisiológico. Decimos que estamos narcotizados cuando alguna sustancia modifica nuestra consciencia, generalmente se relaciona con la somnolencia artificial. También cuando la sustancia altera la función neuro muscular, es decir, las conexiones entre nuestro cerebro y los músculos que permiten nuestro movimiento, además de las percepciones del entorno y nuestro propio cuerpo.
En el buceo, la sustancia narcotizante es el nitrógeno, pero también podría ser cualquier otro gas inerte (como el argón, criptón y xenón) si pudiéramos respirarlo.
Si la presión parcial del nitrógeno disminuye, es decir, ascendemos, la narcosis por nitrógeno desaparece sin consecuencias. Aquí llegamos a punto clave. La narcosis por nitrógeno no supone un peligro directo para la salud, pero sí lo es la falta de capacidad para la toma de decisiones.
2. ¿Qué causa la narcosis por nitrógeno?
2.1. La causa principal de la narcosis por nitrógeno
Los buceadores, a los que no nos falta imaginación, hemos llamado a la narcosis de nitrógeno de muchas maneras: borrachera de las profundidades, intoxicación de las profundidades, éxtasis de las profundidades o “Efecto Martini”, pero esta última no viene al caso.
Quedémonos con las 3 primeras denominaciones. En todos estos nombres la palabra que se repite es profundidad.
¿Qué profundidad? Te preguntarás
Se han realizado varios experimentos en los que se evaluaban las funciones intelectuales de los buceadores. Se les realizaba pruebas de memoria, comprensión de oraciones y cálculo simple a distintas profundidades. Estas pruebas indican que los efectos de la narcosis de nitrógeno se hacen patentes a los 30m /98 ft, aunque sus efectos tengan diferente intensidad en cada uno.
En resumen: la causa principal de la narcosis por nitrógeno es el comportamiento que este gas tiene una vez disuelto en el torrente sanguíneo cuando está bajo presión. Pero no es la única.
2.2. Otras causas de la narcosis por nitrógeno relacionadas con la naturaleza del gas
Es importante entender, que nos centramos en la narcosis de nitrógeno por ser este gas el que utilizamos en buceo, pero hay otros gases inertes con potencial narcótico. El Xenón, por ejemplo, se utiliza en medicina para anestesiar y funciona incluso a nivel del mar.
En el lado contrario, encontramos al helio que, a pesar de ser un gas inerte, no causa narcosis en profundidades de buceo autónomo, Sólo a partir de los 1000 metros. ¡Va a ser por eso que lo usan en las mezclas de TRIMIX!
Bien, ¿qué hace el nitrógeno comprimido en nuestro organismo que puede narcotizarnos?
La hipótesis de Meyer y Overton (la más aceptada) considera que el potencial narcótico de un gas viene determinado por su capacidad de disolverse en la grasa. ¿Por qué? Porque Las neuronas tienen una capa de grasa que las recubre.
Como todos los buceadores sabemos, el nitrógeno a presión se disuelve en nuestro organismo, también en esa grasa. Esto hace que la membrana se haga más gruesa lo que dificulta que los impulsos nerviosos fluyan normalmente.
Sin embargo, esta hipótesis no está al 100% probada.
Otras teorías apuntan a que el nitrógeno afecta a la sinapsis neuronal. En consecuencia, nuestro cerebro mal funciona, porque los impulsos nerviosos dejan de transmitirse con normalidad.
La teoría bioquímica supone que los gases narcóticos afectan a los neurotransmisores que son las biomoléculas que transportan la información.
Y hasta se ha apuntado al peso molecular del gas como el culpable de todo. A mayor peso molecular, mayor poder narcótico.
¿Cuál es la respuesta correcta? Probablemente, todas lo son. Realmente estamos hablando de un síndrome, lo que se traduce en que no hay un solo mecanismo biológico implicado.