Si quieres ver la pirámide de Chichén Itzá , tienes que meterte en jungla mexicana, si quieres ver el segundo arrecife más grande del mundo, tienes que hacer turismo bajo el agua. Y son muchos los que quieren.
La primera vez que hice turismo en aguas profundas elegí las aguas cristalinas de Cozumel. Como buceador primerizo, tenía la esperanza de encontrar algo especial, pero nunca imaginé el espectáculo que estaba por descubrir. Mientras me adentraba en el arrecife, me encontré con un pez sapo espléndido de Cozumel, una criatura que solo había visto en fotos. Su colorido y las extrañas protuberancias que adornaban su cuerpo lo hacían parecer como sacado de un sueño.
Pero lo que vi no sólo era un pez único en el mundo, a su alrededor columnas de coral se erguían majestuosamente, formando un refugio para una increíble variedad de vida marina. Las rayas águilas pasaban por encima de mi cabeza, mientras una tortuga boba, con su presencia, le añadía un toque de majestuosidad al ambiente. El turismo subacuático me había conquistado por completo.
Y ni soy el único, los números hablan por sí solos. Pero no nos adelantemos, primero echa un vistazo a la tabla de contenidos.